Los sensores y cámaras CMOS se han popularizado en los últimos años. La calidad de imagen ha mejorado ostensiblemente y este tipo de tecnología es indispensable en algunos tipos de aplicaciones, como por ejemplo en sistemas de muy alta velocidad.
Los sensores de visión CMOS utilizan un sustrato inmaterial sensible a la luz pero, contrariamente a los sensores CCD, trabajan mediante un método de acceso aleatorio para transferir la información del píxel, en lugar de utilizar registros de desplazamiento. Los sensores CMOS pueden trabajar de dos formas en cuanto a la transferencia de la imagen, estas dos formas de funcionamiento se denomina: rolling shutter y global shutter, que más tarde se comentarán.
Los sensores CMOS (Complementary Metal Oxide Semiconductor) incluyen en su substrato, el área activa del píxel y el espacio necesario para el chip que se encuentra en el propio circuito. La ventaja principal de los sensores CMOS es su velocidad. Estos dispositivos son capaces de funcionar a cientos o incluso miles de imágenes por segundo. Además, proporcionan una alta capacidad “de pozo” y unas excelentes características de respuesta. Sin embargo, presentan algunas desventajas, como por ejemplo, la existencia de ruido denominado “fixed pattern noise”, y otros problemas adicionales que se van resolviendo con los nuevos sensores que van apareciendo en el mercado.
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