En el pasado todas las cámaras de vídeo eran analógicas. La señal de vídeo analógica se puede conectar directamente a cualquier monitor, vídeo grabador o frame grabber.
El sensor CCD es también analógico y las primeras generaciones de cámaras CCD se pensaron para hacerlas compatibles con todos los sistemas analógicos existentes en el momento de su aparición.
En las cámaras más modernas la salida puede ser analógica o digital dependiendo si la cámara incorpora un ADC y toda la electrónica asociada.
En el caso de las cámaras analógicas, la salida es una señal analógica de vídeo, que puede venir acompañada o no, por otras señales de sincronización. La señal de vídeo viene limitada por la anchura de banda y por el ruido análogo que puede proporcionar el cable. Además, pequeños errores de la señal entre la cámara y el ADC del frame grabber pueden causar pérdidas de fidelidad en la imagen.
Las cámaras digitales utilizan la misma tecnología CCD o CMOS que las analógicas, sin embargo el ADC está dentro de la cámara y digitaliza el vídeo directamente y proporciona una señal de salida digital que puede ser de distintos tipos.