5 claves para elegir la cámara termográfica más adecuada
El creciente interés por las cámaras termográficas para la medición de temperatura en controles de accesos está estimulando el mercado y aumentando la oferta significativamente. Sin embargo, la falta de información o el desconocimiento sobre estas soluciones dificulta la capacidad de discernir entre productos. En este artículo te explicamos los conceptos que debes tener claros antes de decidirte por una cámara termográfica adecuada a tus necesidades.
La pandemia de coronavirus ha trastocado completamente nuestra vida cotidiana. A pesar de todo, el confinamiento no durará para siempre y acabaremos recuperando nuestras rutinas y costumbres: volveremos a nuestros puestos de trabajo, a las escuelas, a los restaurantes y a otros lugares de ocio. Y cuando entremos en un local o crucemos la puerta de una oficina, nos daremos cuenta de la presencia de un nuevo elemento que va a acompañarnos durante mucho tiempo: las cámaras termográficas.
Estos dispositivos que miden la temperatura corporal pueden convertirse en la solución de las empresas para volver a abrir sus puertas, ya que muy probablemente serán uno de los requisitos exigidos para su apertura. Sin embargo, la creciente oferta de este tipo de soluciones el mercado, incluyendo la presencia de productos de bajo coste cuyas prestaciones no siempre son las más adecuadas, dificulta la elección del cliente sin experiencia en termografía.
Así pues, ¿cuáles son los aspectos principales que debemos tener en cuenta al elegir una cámara termográfica para el control de accesos?

1. Las cámaras termográficas solamente detectan la temperatura corporal elevada
Indudablemente, las cámaras termográficas son una medida de gran ayuda para el control y cribado rápido en lugares de trabajo o de gran tránsito de personas. Sin embargo, hay que tener presente que esta tecnología no detecta la infección por Covid-19 ni a las personas asintomáticas en su estado inicial, por lo que nadie puede garantizar que su solución es tan eficaz como un test.
2. Las condiciones de instalación y el entorno son cruciales
Independientemente del tipo de cámara termográfica que elijamos, adecuada a cada espacio, hay que tener en cuenta el entorno en el cual se realiza la toma y dónde se pretende instalar el punto o puntos de control de temperatura. Ambientes afectados por las altas/bajas temperaturas podrían falsear los resultados. Por eso se recomienda que la toma de temperatura se realice en entornos estables y no en exteriores.

La solución Febriscan comercializada por INFAIMON puede integrarse en estructuras ya existentes para el control de accesos.
3. La sensibilidad del sensor no es lo mismo que precisión de medida de temperatura
La sensibilidad (Temperature Sensitivity) es la mínima variación de temperatura que la cámara es capaz de detectar . Ésta se mide en milikelvin y tiene una correspondencia en grados centígrados. Por ejemplo, si la cámara tiene una sensibilidad de 30mK, la variación entre una medida y el valor inmediatamente superior, es de 0.03°C.
En cambio, la precisión o Accuracy es la diferencia máxima que puede haber entre la medida obtenida por la cámara y el valor real de la misma. Si la cámara, con una precisión de ±0.3°C, nos da una medida de 37.0°C, su valor real estaría comprendido entre los 36.7°C y los 37.3°C.
Por tanto, estamos hablando de dos conceptos diferentes: una cámara termográfica con 50mk/0,05ºC de sensibilidad en el sensor NO garantiza un 0,05ºC de precisión en lectura de temperatura.
La precisión depende de variables tales como:
– La calibración de la cámara
– La presencia o no de un cuerpo negro (Black Body)
– El control del tipo de instalación
– El tipo de medición (Free Flow, One by One)
– El control de la temperatura ambiente (interior o exterior)
4. La resolución de la cámara influye en la medición de temperatura
Algunas soluciones en el mercado miden la temperatura de la piel en la cara de las personas. Esta medición es imprecisa, ya que la piel se ve afectada por una amplia gama de factores ambientales y fisiológicos y no se correlaciona con precisión con la temperatura central del cuerpo. El lugar ideal para medir la temperatura corporal es el conducto lagrimal, pero para ello es conveniente contar con una resolución de 200 píxeles en el campo de visión de los ojos (mínimo 5×5 px por cada 10 mm). Teniendo en cuenta que la resolución influye en la distancia máxima para obtener una medición precisa, es aconsejable realizar mediciones en parado sin gafas ni sombreros o gorras que afecten el campo de visión.

5. Autocalibración mediante referencia de temperatura real (Black Body)
Los márgenes de error/precisión en la medida de temperaturas pueden llevar a que las mediciones oscilen entre 2ºC y 3ºC con respecto a la medida real. El uso de una referencia de temperatura real nos permite autocalibrar el sistema de forma continua y mejorar el margen de error. Esto es posible gracias a un elemento llamado Black Body o cuerpo negro. Con este equipo, dentro del campo de visión de la cámara, se obtiene una medida real, precisa y continua de temperatura. Por consiguiente, el cuerpo negro es imprescindible para aumentar la precisión de la medición (entre ±0,3ºC y ±0,5ºC según los modelos).


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