Existen en la actualidad estudios que intentan prever cómo será el futuro de la industria automóvil. En este punto, tanto fabricantes como consumidores tienen el foco puesto en los vehículos eléctricos. La nueva propuesta de coches conectados, gira en torno a varios factores:
- Las necesidades del usuario
- Nuevos procesos de fabricación: más optimizados, automáticos y eficientes
- Los cambios que exige el mercado
El mercado y la industria automóvil están cambiando
De acuerdo a una investigación de PWC, “Five trends transforming automotive Industry”, aunque aún la mayoría de los vehículos continúan siendo de combustión, se espera que con el tiempo esto cambie. De hecho, se estima que el 95% de los coches nuevos que se matriculen en 2030 serán eléctricos o híbridos.
Además, el informe señala que para lograr la transición hacia un mercado de movilidad libre de emisiones, la electrificación es sumamente necesaria. Para responder a las necesidades y deseos de los consumidores, se optará por utilizar energías renovables y se espera que la vida útil de los coches también mejore y se optimice gracias a la conectividad.
¿Cómo repercute esta transición en las fábricas?
España es el segundo país productor de vehículos en Europa y cuarto fabricante de componentes. Todo cambio que afecte a al sector automotor, resonará también en las plantas y en las proyecciones a futuro de las empresas.
Aplicando estrategias e invirtiendo los recursos adecuados, esta transición representa una oportunidad muy valiosa para la industria automóvil.

Gracias al auge de vehículos eléctricos, se prevé aumentar el número de producción de unidades, reducir tiempo de ciclo y automatizar más procesos. Se estima que se reducirán tiempos de ciclo entre 9 y 11 segundos, gracias a la incorporación de nuevas tecnologías.
Esto significa: producir más en menos tiempo.
Según Ethic, “el coche vivirá más cambios en los próximos 10 años que en las últimas 10 décadas juntas”. Esta transformación repercute también en las fábricas, que deberán adaptarse para sobrevivir. La inversión tecnológica, la escucha activa al público y la transformación a fábricas inteligentes, son solo algunos de los factores que influyen para los modelos de negocio del futuro.
El papel de la visión artificial
La visión artificial es un activo fundamental para que las empresas fabricantes de automóviles alcancen los exigentes objetivos de producción y estándares de calidad. La automatización es una palabra clave a la hora de trazar la estrategia productiva. Cada vez más procesos son optimizados y automatizados gracias a la incorporación de tecnologías que, a su vez, cada vez menos, dependen de operarios.
Por ejemplo, gracias al Deep Learning y el análisis de imagen 3D es posible reconocer y localizar la posición de todo tipo de objetos (independientemente de su forma o tamaño), en una cinta o contenedor en caótico. El uso de visión artificial y algoritmos, hacen que los sistemas aprendan a detectar las piezas correctas y posicionarlas. Si te interesa saber más sobre el Deep Learning en la industria de la automoción, te sugerimos leer este artículo.

Otro ejemplo de aplicación de sistemas de visión artificial en la industria automotriz, es su importancia al guiar y otorgar alta precisión a los robots utilizados en las fábricas. Mediante cámaras 3D, por ejemplo, se escanean piezas obteniendo su posición en tres dimensiones.
Gracias a software como InPicker, se aumenta la capacidad y seguridad de las líneas de producción reduciendo costes. Su sistema anticolisiones, evita golpes y daños en las piezas que pueden afectar a la calidad del producto final. Además, este sistema mide tiempos y verifica el estado de funcionamiento de la línea, para obtener datos en tiempo real sobre las posiciones de cogida de piezas.
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